Javier, 26-28 octubre 2012
El resultado ha sido muy interesante y enriquecer, tanto desde el punto de vista de los contenidos del debate, así como desde el punto de vista de la confraternización con gente del movimiento.
"Queremos ser minoría creativa, nosotros en nuestro entorno, pero con visión universal, por eso participamos de una organización como Pax Romana. Tal vez no seamos muchos, pero no estamos solos, queremos avanzar y lo intentamos con una actitud de resistencia en esperanza ante las contrariedades."
A continuación presento las impresiones de algunos de los asistentes.
Arantzazu, Poblet y Javier, tres grandes momentos de sentido en nuestro proceso personal y colectivo como miembros de Pax Romana.
... dar las gracias a los organizadores, a los que mantienen la llama viva de la relación entre encuentros y nos mantienen fieles a la cita cada dos años.
Creo que hay cuatro factores que hacen que estos fines de semana, tan intensos, sean experiencias tan especiales: el calor humano, insubstituible, del contacto directo con otros compañeros que desde sus diferentes realidades territoriales y profesionales, están dispuestos a compartir sus experiencias e inquietudes; que los encuentros se celebran en espacios de comunidad y de fe que contribuyen a crear un clima de oración y reflexión. Nos permiten además salir de nuestras rutinas, normalmente demasiado urbanas, y disfrutar del contacto con la naturaleza y el patrimonio; y, en tercer lugar, las aportaciones de los ponentes que suscitan debates intelectuales compartidos en voz alta y reflexiones más íntimas sobre nosotros mismos y nuestra capacidad de ser y transmitir.
Estábamos llamados a reflexionar sobre el legado del Concilio Vaticano II ...el mensaje del Concilio sigue vivo y el papel de Pax Romana sigue siendo necesario y actual, desde el compromiso con nuestra sociedad, con sus luces y sus sombras. Por destacar una me quedo con el reto planteado por Gaspar, el de la necesidad de reconstruir el sujeto: reunir razón, espiritualidad y vida como camino de sabiduría. Ahí es nada!
....Para mí, la principal conclusión es que, ante el contexto social y eclesial que se planteaba en las ponencias, Pax Romana ha de convertirse en o favorecer la mediación cultural que dirija de nuevo al ser humano occidental “rumbo a Dios”, a quien desde hace un tiempo le ha dado la espalda.
...nuestra apuesta pasa por una reconstrucción del sujeto, de la Iglesia y de la sociedad. Así, la Iglesia ha de ser testigo de la misión, la visión y los valores que le son propios y mantenerse unida en un mundo fragmentado, sin buscar el poder sino la influencia profética, utópica, y por ende evangélica, de sufrir con quienes sufren, lo único que la legitima y le otorga autoridad moral. Con todo, me ha quedado un poco pendiente algo que personalmente me inquieta como es la presencia de los creyentes en la política real, en los partidos y/o sindicatos, y cómo ser ahí testimonio del imaginario cristiano.
…y quedaba el relato sobre la última asamblea europea de Pax Romana en Viena. En esos momentos es cuando uno más se abre y entiende la dimensión internacional del movimiento en su rica pluralidad. …desde una perspectiva cristiana abierta a la trascendencia, de actuar localmente y pensar universalmente (“universalismo enraizado”).
Sin duda, me llevo a casa una profunda impresión de su valor y vigencia actuales (del Concilio Vaticano II) y me llevo sobre todo lo mejor de cualquier grupo o asociación militante: la amistad de sus miembros y el ejemplo de sus vidas comprometidas. He aquí un motivo de esperanza y de acción de gracias a Dios.
* Filosofía de Solasbide: “haciendo el camino de lo local a lo global mediante el diálogo”.
Las ponencias principales estuvieron a cargo de Josep María Carbonell y Gaspar Martín. El primero hizo un análisis lúcido y sin contemplaciones de las contradicciones y distorsiones más dolorosas del modelo sociocultural imperante, repasando de forma sistemática los rasgos económicos, políticos, sociales, culturales y religiosos. La segunda parte de su intervención se centró en la recuperación de los elementos fundantes de Pax Romana como respuesta vivificadora y esperanzadora capaz de dar contenido al concepto aportado por él mismo en el pasado encuentro de Poblet “minoría creativa”. En el debate subsiguiente, dejó muy clara la importancia de buscar a Dios en los signos de los tiempos sin caer en la ingenuidad respecto a las tendencias negativas del modelo social y cultural en el que por el momento estamos mayoritariamente inmersos.
Gaspar Martínez, en una aportación complementaria, hizo un repaso completo y exhaustivo de la evolución de la Iglesia, Pax Romana y las aportaciones principales del concilio Vaticano II en estos 50 años.
"Oso bilkura aberasgarria, benetan. Ha sido un encuentro muy enriquecedor, nunca había estado en uno con una perspectiva tan global en cuanto a la visión espacio-temporal de lo que pasa en nuestro planeta. Gente muy interesante de aquí y responsables de PR a nivel internacional: el secretario general (francés), consiliario mundial, vicepresidente para Europa, ex-consiliario (francés), secretaria general del movimiento juvenil (chilena)."