domingo, 23 de junio de 2013

El "Plan B"

Hace tiempo que recibe un mensaje con esta interesante reflexión, que ahora comparto con vosotros, espero que os ayude en la reflexión de vuestros problemas. Ya que a mí se me había olvidado y viene bien recordarla.


Problema 1.Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero), pues la tinta no bajaría hasta la superficie en que se deseara escribir.


  
Solución A) Resolver este problema, les llevó 6 años y 12 millones de dólares. Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba: bajo gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en cualquier superficie incluyendo cristal y en un rango de temperaturas que iban desde abajo del punto de congelación hasta superar los 300 grados centígrados.

Solución B) ¿Y qué hicieron los rusos? ¡Los rusos utilizaron un lápiz! 

Problema 2.
Uno de los más memorables casos de estudio de la gestión japonesa fue el caso de la caja de jabón vacía, que ocurrió en una de las más grandes empresas de cosmética de Japón. La compañía recibió la queja de un consumidor que compró una caja de jabón y estaba vacía. Inmediatamente las autoridades aislaron el problema a la cadena de montaje, que transportaba todas las cajas empaquetadas de jabón al departamento de reparto. Por alguna razón, una caja de jabón pasó vacía por la cadena de montaje. Los altos cargos pidieron a sus ingenieros que encontraran una buena y rápida solución del problema.

Solución A)
De inmediato, los ingenieros se lanzaron a su labor para idear una máquina de rayos X con monitores de alta resolución manejados por dos personas y así vigilar todas las cajas de jabón que pasaran por la línea para asegurarse de que no fueran vacías. Sin duda, trabajaron duro y rápido.

Solución B)
Cuando a un empleado común en una empresa pequeña se le planteó el mismo problema, no entró en complicaciones de rayos X, robots, equipos informáticos o complicados; en lugar de eso planteó otra solución: Compró un potente ventilador industrial y lo apuntó hacia la cadena de montaje. Encendió el ventilador, y mientras cada caja pasaba por el ventilador, las que estaban vacías simplemente salían volando de la línea de producción.
 
Problema 3.
Un magnate hotelero viajo a una ciudad hindú por segunda vez a un año de distancia de su primer viaje, al llegar al mostrador de un hotel inferior en estrellas a los de su cadena, el empleado le sonríe y lo saluda diciéndole: Bienvenido nuevamente señor, que bueno verlo de vuelta en nuestro hotel; sorprendido en gran manera ya que a pesar de ser una persona tan importante, le gusta el anonimato y difícilmente el empleado tendría tan buena memoria para saber que estuvo allí un año antes, quiso imponer el mismo sistema en su cadena de hoteles ya que ese simple gesto lo hizo sentir muy bien. A su regreso inmediatamente puso a trabajar en este asunto a sus empleados para encontrar una solución a su petición.

Solución A)
La solución fue buscar el mejor software con reconocimiento de rostros, base de datos, cámaras especiales, tiempo de respuesta en micro segundos, capacitación a empleados, etc. Etc. Con un costo aproximado de 2.5 millones de dólares.

Solución B)
El magnate prefirió viajar nuevamente y sobornar al empleado de aquel hotel para que revelara la tecnología que aplican. El empleado no acepto soborno alguno, sino que humildemente comentó al magnate como lo hacían, el dijo: "Mire señor, tenemos un arreglo con los taxistas que lo trajeron hasta acá, ellos le preguntan si ya se ha hospedado en el hotel al cual lo está trayendo, y si es afirmativo, entonces cuando el deja su equipaje aquí en el mostrador, nos hace una señal, y así se gana un dólar".

Moraleja:
 
¡No compliques tu trabajo! Concibe la solución más simple al PROBLEMA. 
Aprende a centrarte en las SOLUCIONES y no, en los PROBLEMAS.

El "Plan B"...lo más SENCILLO: SÉ SIEMPRE POSITIVO

El hijo que muchas veces no limpia su cuarto y se la pasa viendo televisión, significa que...
Está en casa!

El desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, significa que...
Estuvimos rodeados de familiares o amigos!

Las ropas que están apretadas, significa que...Tengo más que suficiente para comer!

El trabajo que tengo en limpiar la casa, significa que...Tengo una casa!

No encuentro estacionamiento, significa que...Tengo coche!

Los ruidos de la ciudad, significa que...Puedo oír!

El cansancio al final del día, significa que...Puedo trabajar!

El despertador que me despierta todas las mañanas, significa que...Estoy vivo!

Finalmente por los mensajes que recibo, significa que...Tengo amigos pensando en mí! 



¡¡¡Gracias Elena por haberlo enviado!!!

martes, 18 de junio de 2013

La última carrera


Esta es la obra que presenté al I CERTAMEN RELATO CLUB LECTURA DN

Caminaba rápido, todo lo rápido que se puede cuando se sube la cuesta de Sto. Domingo en su último tramo, esquivando a la agente. En una de sus manos, doblado por la mitad y enrollado, llevaba el periódico del día. Al llegar a mitad de la plaza consistorial, levantó la vista y miró el reloj las agujas indicaban que faltaban tres minutos para en punto. Iba justo de tiempo. El asistir al canto le había retrasado un poco, pero le gustaba la tradición y mantener un ritual. Aunque era día de labor, había más gente de lo habitual. Aceleró el paso y saludó con un gesto a unos conocidos, apostados enfrente.

Quizás, por los nervios, al enfilar la curva más famosa de la ciudad y posiblemente la más conocida del mundo fuera de los circuitos de alta velocidad, saco el móvil y volvió a mirar la hora.

Sus recuerdos volaron a aquellos años en los que no existían los celulares y tenía que buscar rápidamente una cabina para llamar a casa, dar el parte y tranquilizar a la madre. Después vino el tiempo en el que las llamadas eran dos. Con esas ideas en la cabeza llegó a mitad de la calle cerca de la Bajada Javier, pero no era su día de suerte.

Unos guiris se habían colocado en “su portal”. Eran dos “armarios” con sus amigas o quizás novias. Por el acento eran gringos y lucían la típica vestimenta de camisetas una talla menor para marcar musculatura, pantalones piratas y chancletas playeras. Ellas llevaban shorts vaqueros y camisetas sin mangas, el pelo rubio recogido en una coleta y el mismo calzado. A juzgar por su aspecto no habían dormido nada y bebido todo.

Se instaló en el siguiente hueco que había libre en la pared. Hecho un rápido vistazo y vio entre la gente a los habituales, les hizo un gesto con los ojos. Y comenzó a realizar algún estiramiento, intercalado con algún ejercicio de calentamiento. No por preparar los músculos, que ya los había calentado antes, sino por una mezcla entre costumbre y manera de tener la cabeza concentrada en otro tema. Sentía la adrenalina subir en su cuerpo y estos movimientos le ayudaban a liberar el estrés.

Le vino a la cabeza la conversión que había tenido con Camino, su pareja, el día anterior, en el que medio en broma, medio en serio se había comprometido a dejar de correr si era portada. Llevaba muchos años haciéndolo, más de los que podía contar con todos sus dedos. Sólo cuando nació su primer hijo, se le pasó por la cabeza, pero la verdad tampoco se veía matando el gusanillo como los dos abuelos que se colocaban, ahora, en la acera de enfrente bien pegados a la pared.

De repente, sonó un estampido en el cielo, su corazón se aceleró, el segundo estampido no se pudo oír por el griterío de la gente. Instintivamente cogió la cadena de oro, regalo de su abuela en su primera comunión, y besos los colgantes, uno de su “ángel de la guarda”, el Ángel de Aralar, el otro una imagen de San Fermín. La gente empezó a correr unos aceleradamente, como si les fuera la vida en ello, otros al trote unos pocos andando pegados a la acera. El prefería esperar, mirando Estafeta abajo, de vez en cuando daba un pequeño salto. Mentalmente se encomendaba a un misterioso capote que nadie había visto, pero del que cada mañana todo el mundo hablaba. 

Sabía que en poco más de un minuto, todos sus sentidos tenían que estar atentos al menor detalle de lo que pasará a su alrededor, el subidón de adrenalina era total y su corazón galopaba cerca de las 200 pulsaciones por minuto. Empezó a notar el principio de un tsunami de gente que corría más atropelladamente, y se unió al río multicolor, procurando mantener una línea recta. Sus oídos descifraban los códigos de otros corredores y supo que ya estaban cerca. Miró para atrás y los vio, la manada abierta por un morlaco negro, después un par de mansos y luego un hueco, antes de otros dos hermosos cinqueños. Dejo pasar a los primeros y se metió en el hueco. Los bóvidos achicaban la calle, como si fueran jugadores dirigidos por Menotti, y esta se había ensanchado con el nuevo pavimentado, pero había un exceso de jugadores. Una muerta por éxito era la que asfixiaba a la tradición y la puntilla se la habían dado las nuevas tecnologías y las redes sociales. Esquivó a un “pata” que iba filmando con su móvil, pero milagrosamente esto le hizo pillar el sitio, el cual se lo quería arrebatar un “divino” metiendo codo. Lo defendió como pudo más por oficio que con fuerza. Hacia años que no lograba esa sensación de comunión con la bestia. Había que disfrutar el momento.

De repente alguien por delante cayó, tuvo que saltar y se trastabilló, percibió que el negro asesino le había mirado y que sus cuchillos afilados le buscaban. Se quitó de en medio, empujando a una de las guiris que estaba parada y aterrorizada. En un último reflejo echo su periódico a la cara del animal. Sintió un fuerte golpe en el costado, debajo de la axila izquierda y oyó el sonido de su ropa rasgarse. Cayó al suelo y se cubrió la cabeza a la vez que se hacía un ovillo. Paso un rato que le pareció un siglo. Alguien le cogía del brazo y le ayudaba a levantarse, reconoció a Rastrojo, el veterano pastor, otra persona le entregaba los restos de su prensa, al mirarla, vio la foto de la portada.

Era él, realizando un extraño escorzo, salvando a una rubia de los pitones del toro, a la vez que el bicho estaba cegado por unos papeles que dibujan un capotazo en el aire a modo de larga cambiada con la imagen de San Fermín en el centro. 

Comprobó la fecha, extraña y misteriosamente, era de ayer. Busco el teléfono y llamó.

Aquí están los enlaces de la noticia del concurso:  

 Un madrileño gana el certamen de relatos del Club de Lectura  
Otra vez será. No se puede presentarse y besar el Santo a la primera.

Alberto de Frutos: "San Fermín es una fiesta que admiro mucho". ¡Enhorabuena Alberto!.
 
"Obra Póstuma", Alberto de Frutos, ganador del I Certamen de Relato breve del Club de Lectura de DN.

 
Recibido. Gracias por participar.
Un saludo